Los contratiempos están a la orden del día durante la cita con el tiburón. Mientras tanto, Dante encuentra al hijo de Eva y hablan sobre la manera de pensar de su madre.

Antes de ir a su cita, Eva tiene que sortear la curiosidad de Dante. ¡La langosta está servida!

Eva ya no puede más y pone en acción un plan que, sin embargo, se cae antes de lo previsto. En todo caso, siempre hay un segundo plan cuando se tienen buenas amigas.

Además de ser una chef y una especie de Robin Hood, Eva es también la madre de un joven adolescente y ese es, tal vez, el reto más grande que debe enfrentar.

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Eva está furiosa por el retraso del nuevo chef y mientras se le encara se da cuenta de algo que tienen en común

Eva visita el mercado y obtiene información que compartirá con sus amigas. Mientras tanto, Dante recibe una inesperada sorpresa.

Los adverbios de cantidad y las locuciones relacionadas con estos se usan con mucha frecuencia en el idioma italiano. Veamos la explicación de Marika.

Eva y su ayudante discuten acerca de Dante. Sin embargo, los verdaderos problemas no están en la cocina del restaurante.

El último protagonista del homicidio es atrapado antes de que escapara. El caso llega al final y después de las felicitaciones del jefe de policía la inspectora Rivera no pierde tiempo para hablarle al comisario de frente.

Después de la aventura en el taller de vestidos de novia, es el momento de enfrentar los problemas en la cocina y en el restaurante.

El comisario y su equipo han entrado por fin en la recta final de la investigación. Es el momento de descubrir cómo ocurrió el crimen.

Después de la aventura en el taller, Eva se encuentra con una nueva sorpresa. Sin embargo, la sorpresa del padre de la novia será aún más grande.

En medio de la frustración del caso, la inspectora Rivera abre una nueva puerta en la investigación que bien podría ser la clave para coger al asesino de la víctima.

Las chicas tienen que apelar a una fuerte dosis de improvisación y los problemas no se limitan solo al taller de trajes.