Eva y su ayudante discuten acerca de Dante. Sin embargo, los verdaderos problemas no están en la cocina del restaurante.

Eva visita el mercado y obtiene información que compartirá con sus amigas. Mientras tanto, Dante recibe una inesperada sorpresa.

Eva está furiosa por el retraso del nuevo chef y mientras se le encara se da cuenta de algo que tienen en común

Además de ser una chef y una especie de Robin Hood, Eva es también la madre de un joven adolescente y ese es, tal vez, el reto más grande que debe enfrentar.

Eva ya no puede más y pone en acción un plan que, sin embargo, se cae antes de lo previsto. En todo caso, siempre hay un segundo plan cuando se tienen buenas amigas.

Antes de ir a su cita, Eva tiene que sortear la curiosidad de Dante. ¡La langosta está servida!

Los contratiempos están a la orden del día durante la cita con el tiburón. Mientras tanto, Dante encuentra al hijo de Eva y hablan sobre la manera de pensar de su madre.

Eva va en busca de consejos antes de unir sus fuerzas a las de Dante en el restaurante.

Mientras que Eva habla con Dante reciben una inesperada visita que terminará con la tranquilidad del restaurante.

Eva y Dante se llevan al límite mientras que las chicas se reúnen para tratar de adivinar el escondite de los lingotes de oro del tiburón.

Las chicas dejan ver de nuevo su ingenio pero como siempre los inconvenientes no pueden faltar.

A pesar de la helada noche y las escuálidas historias de amor, Eva y sus amigas llevan a buen puerto su plan consiguiendo resultados muy buenos.

Al tiburón le llega el momento de pagar y a las chicas el momento de brindar con el ingenuo comisario.

Dante hace de todo para ganarse la simpatía de Eva... ¿lo conseguirá?

Eva está en la peluquería de Lola y conoce a una chica que necesita ayuda. Más tarde tendrá que compartir algunos incómodos aplausos junto a Dante en el restaurante.