El Duque de Mantova y su bufón nos empiezan a describir a los personajes y situaciones de la famosa obra de Giuseppe Verdi.

Anna nos lleva hasta el lejano Egipto para contarnos la famosa historia de amor que se esconde detrás de una de las obras más famosas de Giuseppe Verdi.

El comisario Manara vuelve con problemas de tuberías en su habitación. Sin embargo, esto no es nada comparado con un nuevo caso de homicidio que al parecer tiene que ver con músicos.

Cuando Ginevra llega a la escena del crimen de repente se siente mal. Durante las conversación que Manara tiene con su equipo se descubre que la víctima era un joven muy amado por las mujeres.

Los miembros de la banda son interrogados en un día bastante agitado en la comisaría. Al final del día Rubino recibe los resultados de la policía científica.

Mientras Caterina está en la farmacia tomándose la presión, suceden cosas extrañas antes de que aparezcan los policías que quieren interrogar al Dr. Argentieri quien es también el líder de la banda del pueblo.

Rigoletto se llena de odio cuando ve a su hija sufriendo por el Duque y decide arreglar el problema con un sicario que, sin embargo, termina engañando al bufón de manera trágica. Aquí tenéis el gran final de la obra de Giuseppe Verdi.

La inspectora Rubino comienza a encontrar interesates pistas sobre el asesinato del músico de la banda incluyendo el número de un teléfono que curiosamente parece estar muy cerca de ella.

Los miembros de la familia no están muy de acuerdo con Manila, la empleada doméstica. ¡Poco tiempo para desayunar y demasiado dinero para el mercado!

Cuando la inspectora Rubino le cuenta a Manara que el teléfono en la agenda de la víctima es de Ginevra, el Comisario le dice que no se meta en el asunto. De repente Rubino y Manara reciben una visita inesperada que incluye una pintura particular.